En esta fecha conmemoramos un nuevo aniversario de la rebelión de Túpac Amaru II, cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana, en contra del abuso y explotación por parte de los corregidores realistas. La rebelión se inició el 04 de Noviembre de 1780.
Aunque su objetivo inicial fue luchar contra los excesos y el mal gobierno de los españoles, no pudo evitar que la guerra se convirtiera en racial. Al frente de una nutrida hueste y después de vencer a un ejército de 1.200 españoles en Sangarará, Túpac Amaru no marchó sobre Cuzco sino que regresó a su residencia de Tungasuca sin entrar en la ciudad; con ello intentó facilitar una negociación de paz, ya que su objetivo no era la guerra contra los españoles sino acabar con los excesos de los corregidores.
Esto permitió que los españoles organizaran la resistencia y los rebeldes fueron vencidos el 8 de enero de 1781 por el ejército enviado por el virrey Jáuregui y Aldecoa y, entre el 5 y el 6 de abril, en Tinta, por las tropas del mariscal del Valle.
Perseguido por el general Ventura Landa en Tananico, fue hecho prisionero, juzgado severamente, el 18 de mayo de 1781 fue obligado a presenciar el asesinato de toda su familia. El visitador Areche lo condenó a morir descuartizado por cuatro caballos que tirasen de cada una de sus extremidades. Como Túpac Amaru era un hombre excepcionalmente fuerte, fue imposible matarlo de esa manera por lo que ordenaron su decapitación.
Su cuerpo fue descuartizado, su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca y Santa Rosa.